El jueves 30 de octubre fue el último día en que se vio a Luz Eliana Espinoza Galaz, de 55 años, en su domicilio en Puntilla de San Pedro, Malloa. Desde entonces no hay rastro alguno de ella. Han pasado casi cuatro semanas y sus hijos salen todos los días a buscarla. Hablan con pobladores, recorren caminos, revisan sectores cercanos y mantienen activa la difusión en redes sociales y medios de comunicación.
Fabián Cáceres, hijo de Luz, relató a El Tipógrafo que lo último que se supo de su madre fue el mencionado jueves, cerca de las 18 horas. “Una vecina la vio regando sus plantas. Eso fue lo último que alguien la vio hacer. Después no hay nada más”, comenta. Varios familiares la llamaron durante esos días y no hubo respuesta, pero nadie se alarmó: ella trabajaba con turnos rotativos, incluso de noche, y era común que estuviera descansando, o que hubiese salido a caminar.
El domingo ocurrió lo que cambió todo. “A las 11 de la noche tenían que ir a buscarla para su turno y no respondió. Una prima nos llama y vamos a la casa. Fue ahí que nos dimos cuenta que no estaba”, recuerda Fabián. Al ingresar, confirmaron que su celular y CuentaRut tampoco se encontraban en la vivienda. “Ella siempre la llevaba dentro de la carcasa del teléfono”, señala.
Operativos de búsqueda
La denuncia fue hecha de inmediato y al día siguiente ya había presencia de distintas entidades en el lugar. “Al otro día estuvieron PDI, Carabineros y Bomberos. Se activó todo rápido, por suerte”, cuenta Fabián. El viernes 7 de noviembre se realizó el operativo más grande hasta ahora: cerca de 80 voluntarios de Bomberos, además de personal policial, especializado y perros de rastreo, trabajaron durante todo el día en el sector donde se encuentra la vivienda. “Buscaron desde las cuatro de la madrugada hasta las seis de la tarde. Se hizo un despliegue grande, con dron y con todo lo que se pudo usar”. Lamentablemente, tampoco hubo éxito.
En las últimas semanas también se han sumado grupos voluntarios y organizaciones independientes, entre ellas GRAC Chile, que colaboró en terreno el domingo 23 de noviembre. “Se trabajó toda la jornada con ellos”, agrega Fabián.
“Todos los días salimos a buscar”
Pese a la falta de novedades, la familia no se detiene. “Con mis hermanos salimos todos los días. Absolutamente todos los días. Hacemos rondas y vamos abarcando más lugares. Si se nos da alguna información, ahí estamos, o si nos surge alguna idea, allá vamos”, señala.
Los hermanos han hecho esfuerzos personales importantes para mantener la búsqueda activa: “Hemos tenido que hacer sacrificios, dejar de lado cosas del trabajo”. La rutina se ha vuelto intensa y emocionalmente desgastante: “Me cuesta un poco describirlo, es muy angustiante. Durante el día uno pasa por muchas emociones. Cada jornada que pasa sin novedades es frustrante”.
Han conversado varias veces con distintas instituciones y autoridades. “Hace poco hablamos con Fiscalía. Aún no hay novedades. Lo que sí está descartado es que haya habido movimientos bancarios”.
Con mucha fuerza, la familia continúa compartiendo sus afiches en redes sociales y lugares públicos. También mantienen contacto con vecinos y personas del sector que puedan aportar información. “Cada dato lo consideramos, por pequeño que sea. Todo puede ayudar”, concluye Fabián.






