Por Alejandro León
El obispo emérito de Rancagua, Monseñor Alejandro Goic, falleció ayer dejando un profundo legado pastoral que trasciende las fronteras de la Región de O’Higgins. Reconocido por su cercanía con la comunidad y su compromiso con el diálogo, Goic fue una figura clave en la Iglesia chilena, especialmente durante su periodo como presidente de la Conferencia Episcopal.
Desde esta mañana, sus fieles seguidores y comunidad en general, han acudido a la capilla ardiente instalada en la Iglesia San Francisco de Rancagua, para rendir homenaje y elevar oraciones por quien fuera considerado un guía espiritual y social.
El actual obispo de la diócesis, Guillermo Vera, destacó el rol nacional que cumplió Goic en momentos complejos del país, señalando que “supo entregar una palabra luminosa que ayudó a reencontrarse, a buscar caminos de justicia y reconciliación”.
Durante su liderazgo episcopal, Monseñor Goic se caracterizó por su capacidad de diálogo, su palabra amable y su gesto atento. “Iluminó muchas conciencias y animó la vida de muchas personas, entregando esperanza y mostrando caminos de mayor encuentro”, agregó Vera.
Consultado sobre los desafíos que persisten en la diócesis y en el país, el obispo enfatizó la necesidad de retomar el camino del entendimiento: “Vivimos muy enfrentados, en una tensión muy grande entre nosotros. Recordar lo que hizo Monseñor Goic nos hace bien en el hoy de nuestro Chile”.
El lema que acompañó la vida del obispo emérito fue “Cristo es mi vida”, reflejo de una existencia marcada por la fe, la esperanza y el servicio. “Vivió alegrías y penas con el Señor, pero siempre con la certeza de que el bien vence”, concluyó Vera.
El obispado ha confirmado la celebración de una misa hoy martes a las 19:00 horas en la Iglesia de San Francisco (Millán esquina Av. Cachapoal). Para este miercoles 3 de septiembre, se contempla el traslado de los restos de Monseñor Goic a la plaza de los Héroes de Rancagua desde la Iglesia de San Francisco, lugrar donde se dispondrán sus restos para el último adiós de su feligresía y comunidad en general.
El Tipógrafo se suma a las condolencias que toda la comunidad local y regional han manifestado por la lamentable partida del pastor y guía espiritual.
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