En el último cuarto de siglo, el fútbol chileno vivió su etapa más brillante, pero también dejó en evidencia profundas debilidades que aún arrastra. Tras años de fracasos, la llegada de Marcelo Bielsa en 2007 cambió para siempre la mentalidad de una generación que ya venía destacando bajo la guía de José Sulantay, quien llevó a la Sub-20 a un histórico tercer lugar en el Mundial de Canadá. Con disciplina, orden y una idea futbolística innegociable, Bielsa convenció a estos jóvenes de que podían competir de igual a igual contra cualquier selección.
Su trabajo devolvió a Chile a un mundial después de doce años de ausencia y mostró al mundo una selección valiente y competitiva. Sin embargo, la salida de Bielsa, forzada por su quiebre con la dirigencia, abrió la puerta a un período inestable. Claudio Borghi no pudo replicar los éxitos, pero Jorge Sampaoli retomó la esencia y potenció el talento de la generación dorada. Bajo su mando, Chile consiguió su primer título oficial: la Copa América 2015.
Ese logro histórico, sin embargo, coincidió con un relajo de la disciplina. La indisciplina se volvió parte del ambiente y los éxitos deportivos las encubrieron. Tras la polémica salida de Sampaoli, Juan Antonio Pizzi asumió el desafío y logró mantener viva la ambición: Chile ganó la Copa América Centenario en 2016, consolidando su lugar en la élite continental. Pero el camarín, cada vez más fragmentado y desgastado, no soportó la presión y se quedó sin mundial en 2018.
Reinaldo Rueda, Martín Lasarte, Eduardo Berizzo y Ricardo Gareca no lograron cambiar el rumbo. El recambio generacional nunca se consolidó y la estructura del fútbol local mostró todas sus carencias. Hoy, Chile suma tres mundiales ausente, con figuras históricas prolongando su retiro y sin una base sólida de jóvenes talentos listos para tomar la posta.
El desafío es enorme: renovar, reconstruir y apostar por un liderazgo valiente que recupere la disciplina, la convicción y la ilusión. El ciclo dorado terminó hace tiempo, pero la esperanza de un nuevo renacer sigue encendida.