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Jaime Espinoza, 50 años de servicio y vocación en Bomberos de Rancagua


Su trayectoria también dejó huella en su entorno familiar, donde sus hijos integraron la institución, destacando uno de ellos como voluntario de excepción en su compañía.

VIERNES, 4 DE JULIO DE 2025
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Publicado por

Jennifer Díaz



El pasado martes 1 de julio, don Jaime Espinoza Espinosa, voluntario de la Primera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Rancagua, fue distinguido con el título de Bombero Insigne de Chile, uno de los máximos reconocimientos que otorga la Junta Nacional a quienes han consagrado 50 años de servicio ininterrumpido a la labor voluntaria.

A sus 83 años, la trayectoria de don Jaime representa un legado de entrega, compromiso y vocación por el bien común. Su historia comienza en 1973, cuando ingresó por primera vez al cuerpo de bomberos en la ciudad de Chillán. Con el paso del tiempo, su camino lo llevó a Rancagua, donde se integró activamente a la Primera Compañía, convirtiéndose en una figura reconocida y valorada dentro de la institución.

Durante su vida bomberil, ejerció distintos cargos de responsabilidad, como ayudante del capitán y del comandante, destacándose no solo por su capacidad operativa, sino por el fuerte sentido de compañerismo que siempre cultivó. “Aquí no importan las diferencias políticas, religiosas ni sociales. Todos somos hermanos cuando se trata de servir”, señaló.

El equilibrio entre el servicio voluntario y la vida familiar fue una de las pruebas más complejas de su carrera. Las emergencias nocturnas, las largas jornadas fuera de casa y los riesgos constantes fueron parte de su día a día. Sin embargo, siempre contó con el apoyo de su esposa, a quien reconoce como una pieza fundamental para sostener su vocación durante tantos años.

Aunque ya no acude a los llamados de emergencia, don Jaime sigue vinculado activamente al cuerpo de bomberos a través de charlas formativas y apoyo a las nuevas generaciones de voluntarios. Para él, recibir la distinción de Bombero Insigne fue un momento profundamente emotivo: “Temía no alcanzarla en vida. Hay que tener más de 80 años para completar 50 de servicio. Más que un premio, lo siento como un regalo personal”.

Don Jaime es consciente del impacto que puede tener su historia en las nuevas generaciones. Por eso, entrega un mensaje directo a los jóvenes: “Ser bombero es una escuela de valores. Nos aleja de malos caminos, nos da propósito y nos enseña a pensar en el otro. Espero que muchos más se sumen, porque cuando uno entrega el corazón, la vida cobra otro sentido”.


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