La búsqueda por vivir más y mejor ha motivado a científicos y ciudadanos a explorar prácticas que favorezcan una longevidad saludable. En este contexto, el reconocido neurocientífico Andrew Huberman, profesor de neurobiología en la Universidad de Stanford, ha compartido una recomendación clave: hacer ejercicio cardiovascular en “zona 2” al menos dos horas y media por semana.
A través de su popular podcast Huberman Lab, el investigador destacó que este tipo de entrenamiento no solo potencia la salud presente, sino que también es una herramienta poderosa para envejecer de forma saludable. “El envejecimiento no se puede evitar por completo, pero existen estrategias que pueden ralentizar sus efectos”, explicó. Una de ellas es la incorporación regular de ejercicio aeróbico para combatir la inflamación crónica y fortalecer el sistema cardiovascular.
Según Huberman, la “zona 2” de entrenamiento corresponde al 60–70% de la frecuencia cardíaca máxima (FCM). Para calcularla, se debe restar la edad a 220. Así, una persona de 40 años tendría una FCM de 180 pulsaciones por minuto, por lo que entrenar en zona 2 implicaría mantener entre 108 y 126 pulsaciones por minuto.
Este rango se alcanza con actividades como caminar a paso rápido, trotar suavemente o andar en bicicleta a ritmo moderado. Más allá de mejorar la resistencia y acelerar la recuperación, este tipo de ejercicio ha demostrado tener beneficios significativos para la salud metabólica, cardiovascular y cerebral.
La recomendación concreta del científico es realizar entre 150 y 200 minutos semanales de ejercicio en zona 2, distribuido según las posibilidades y preferencias de cada persona. Una inversión de tiempo que, según la ciencia, puede traducirse en más años de vida y con mejor calidad.
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